martes, 25 de septiembre de 2012

TERAPIA DE JUEGO DE ARENA Lauren Cunningham



A comienzos de 1996 Lois Gradwell me presentó The Round Table Review (La Revisión Mesa Redonda), una publicación bimestral de The Round Table Press, que presenta “contribuciones contemporáneas de la psicología Junguiana.” Dolores Brien, editora de The Round Table Press, y yo comenzamos una correspondencia vía e-mail explorando  la posibilidad de revisar el Journal of Sandplay Therapy  (Revista de Terapia de Juego de Arena) en su “Columna de Revistas”. Ella estuvo de acuerdo en revisar la Revista y después pidió 1000 palabras acerca de “Qué es el juego de arena desde una perspectiva junguiana” para presentar el juego de arena a sus lectores. Que desafío! Lo que sigue a continuación es una reimpresión de ese esfuerzo. Se reimprime aquí para invitar a otros terapeutas de juego de arena a escribir su versión de “Juego de Arena desde una perspectiva Junguiana” para la columna Reflexión de la Revista. Recuerden, no más de 1000 palabras! L.C.

Los niños siempre están encantados de jugar en la arena, trayendo su mundo interno y externo juntos a través de la imaginación. Los curanderos Dogon de Mali dibujan patrones en la arena y más tarde leen las huellas de las patas dejadas en la noche por los zorros del desierto para adivinar el futuro. Los monjes budistas tibetanos duran semanas creando el mandala de arena Kalachakra, el cual es usado para contemplación e iniciación en prácticas tántricas. Donald Sandner, en Símbolos Navajos de Sanación (Navaho Symbols of Healing), escribió acerca de las ceremonias Navajo de pintura en la arena en las cuales son creadas imágenes sobre orden del mundo para invocar los poderes de sanación para traer de vuelta las psiques de la gente a la armonía con el universo. Tras la finalización de todos esos rituales, la arena es cepillada y dispersada.
Ya sea que quienes hacen esas creaciones en arena sean niños, sanadores o sacerdotes, energías potentes e inefables pueden ser agitadas en un nivel intuitivo no racional. La arena le abre la puerta al mundo inconsciente. En el folclor europeo occidental, el hombre de arena pone a los niños a dormir rociándoles arena en sus ojos. La arena es influenciable, mutable e impermanente: “Bailando en la arena y sin embargo no se habían visto los pies,” Shakespeare escribió en  Venus y Adonis. Las partículas de arena, creadas por la desintegración de las rocas de la tierra, son ideales para verter y convertirse en una imagen del mundo simbólico. Nosotros podemos “… ver un Mundo en un grano de Arena” como Blake escribió en Augurios de la Inocencia (Auguries to Innocence).
De esta manera, no es sorprendente que psicoterapeutas, como sanadores contemporáneos, jugando en la arena se hayan tropezado con un método terapéutico. Margaret Lowenfeld, una psicoanalista infantil pionera durante los años 30 fue la primera terapeuta en poner arena en las cajas con agua y figuras cercanas en su consultorio. Ella graciosamente atribuyó la invención de lo que más tarde llamó “La Técnica del Mundo” a los propios niños que naturalmente reunieron esos materiales en la terapia de juego.
Dora Kalff fue inicialmente influenciada por Emma y Carl Jung y su inmersión en el Budismo Tibetano. Ella también estudió con Lowenfeld en Londres por un año en 1956. Cuando volvió a Zurich, Kalff desarrolló otra forma de utilizar esos materiales terapéuticamente, lo cual ella denominó “juego de arena”.
Los terapeutas de juego de arena que trabajan de la manera en que Kalff enseñó diferencian juego de arena (sandplay) de terapia de caja de arena (sandtray therapy). La terapia de caja de arena es un término más genérico que se refiere a una variedad de maneras efectivas de usar arena, figuras y un contenedor desde diferentes perspectivas teóricas. La terapia de juego de arena enfatiza en las cualidades espontáneas y creativas de la experiencia creativa en sí misma. La esencia del juego de arena es no verbal y simbólica.  En lo que Kalff denominó el “espacio libre y protegido” proveído por la caja y la relación con el terapeuta, niños y adultos juegan con arena, agua y miniaturas durante un período de tiempo, construyendo manifestaciones concretas de su mundo interior. Cuando las energías en la forma de “símbolos vivientes” son abordadas en el inconsciente personal y colectivo, la sanación puede ocurrir espontáneamente dentro de la persona en un nivel inconsciente. En la medida en que una relación más armoniosa entre consciente e inconsciente se desarrolla, el ego es restructurado y fortalecido.
El juego de arena puede abrir a la persona a re-experienciar estados pre verbales y no verbales. Los niños entienden (reconocen) el lenguaje antes de que puedan hablar (recordar) un lenguaje. Un adulto puede haber olvidado ó nunca haber aprendido palabras para algunas experiencias interiores. Aun así ellos pueden reconocer una figura intuitivamente sin ser capaces de recordar por qué ó qué es. Es por esto que los terapeutas de juego de arena a veces dicen, “Deja que la figura te escoja”.
La caja silenciosa con la arena suave y un terapeuta confiable cerca, permite que las imágenes aparezcan para quien está jugando con la arena. La variedad de figuras y la experiencia sensorial con la arena y el agua también estimulan el inconsciente. La naturaleza elemental del juego de arena evoca el cuerpo y toca la madre interna. La arena puede ser moldeada, el agua vertida, el fuego encendido y el aire soplado. El flujo y equilibrio elemental que es creado en la caja refleja procesos en la psique así como en el mundo natural.
El tamaño de la caja en sí mismo está diseñado para contener la mirada fija de una persona, lo cual puede estimular la concentración e intensificación de las energías psíquicas. La arena y el fondo y los lados azules ofrecen la posibilidad concreta de cavar en las profundidades o construir hacia las alturas.
Las figuras tridimensionales también ofrecen una plenitud de representación que no requiere destrezas. Hasta un niño de tres años de edad puede construir escenas multidimensionales complejas. Esas figuras pueden facilitar tanto la diferenciación como la conexión de diferentes pedazos de significado y traerlos luego a la consciencia. Así como el vaso alquímico, la caja de arena dentro de la relación de persona y terapeuta contiene e intensifica la temperatura y la presión y así el cambio puede suceder.
La eficacia del juego de arena proviene de la creación de la imagen en sí misma en la arena como una forma de imaginación activa sin enfocarse en el proceso cognitivo o en la producción completa. Las imágenes del juego de arena generalmente no son interpretadas mientras el proceso se está llevando a cabo, de tal manera que el que juega en la arena puede estar cerca de la experiencia viviente en su cuerpo e imaginación. El terapeuta es un testigo que ante todo resuena empáticamente con la persona que está jugando en la arena. Cuando ambos simultáneamente experiencian el mundo interior del que juega en la arena a través de la mediación del juego de arena, ocurre un momento de sincronicidad. Esto les ayuda a ambos a contener y a honrar la experiencia y así esta continúa trabajando dentro de la persona. El juego de arena generalmente se hace de manera complementaria con la terapia verbal, la cual realiza los aspectos interpretativos del trabajo psicoterapéutico. La revisión y más discusión analítica de las cajas de arena puede ocurrir años después de que el proceso se completa.
La esencia de convertirse en un terapeuta de juego de arena está en experienciar el proceso personal de juego de arena con sus ciclos de perderse, esperar y retornar a casa. El hecho de que el terapeuta en cuanto sanador herido tiene que haber sido iniciado él mismo antes de convertirse en guía de otros, es un principio junguiano profundamente arraigado.
Aunque el uso de arena en prácticas rituales existe de manera continua desde las tradiciones antiguas a través de métodos psicoterapéuticos junguianos y otros, los terapeutas de juego de arena ahora están preocupados por la economía de la salud y el impacto de los valores modernos en el futuro del juego de arena. Los terapeutas de juego de arena también necesitan continuar relatando su trabajo de la evolución en curso del entendimiento de la psique.
A lo largo de estas líneas Terapeutas de Juego de Arena de América está planeando una conferencia en abril de 1997 llamada Prácticas Antiguas, Direcciones Futuras. En medio del empuje y la carrera hacia el futuro, la simplicidad y la profundidad del juego de arena puede ayudar a mantener su integridad como santuario y lugar de sanación.

Referencias
Sandner, Donald (1991). Navaho Symbols of Healing. Rochester: Healing Arts Press,

Tomado de: Journal of Sandplay Therapy Volume VI Number 1 1997


(Traducción: Inés De la Ossa Izquierdo)

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